Rutina 2015

 

Se acabaron las vacaciones y volvemos a la rutina.

Como su propio nombre indica: rutina.

Al final de las vacaciones y de los días de perreo sin hacer nada apenas, lamentándome porque ya quedaba menos para volver a la rutina diaria, siempre quedan los pensamientos obscenos “a ver si todo vuelve a la rutina que ya estoy cansado”. Está claro que nuestra mente, y en particular la mía, no sabe ni lo que quiere.

La mitad de los planes que tenía preparados para hacer estas vacaciones se han quedado en eso: “planes”. Es odioso ver cómo no has hecho ni una quinta parte de lo que tenías planeado hacer… Pero siempre es así cada año. Más bien parece como un reto: “¿A ver cuántos planes me dejo en el tintero antes al acabar las vacaciones?”

Pero bueno, como digo en el título: rutina. Todo vuelve a la normalidad. Niños al cole, extraescolares, tardes de agenda para combinar y jugar como si de un tetrix  se tratara, peleas con los deberes, vuelta al trabajo en su apogeo (con gente con pilas cargadas para joderte y agobiarte el día)… Viva la rutina!!!

Pero también a la rutina esa no tan agradable de tener que ver a quién no te apetece, de ver cómo hay cosas que no cambian, ver que el blog de Pedro sigue intentando hacerse el machito con Pedro… Vamos, lo normal en estos casos!!

La primera semana de rutina ya ha pasado. Mañana es domingo y vuelta a preparar cosas para la segunda semana de rutina. Aunque, por motivos personales, esta semana será bastante movidita, no deja de ser deprimente en muchos aspectos. A veces la rutina no es un cúmulo de quehaceres diarios. También es vuelta a la realidad, a la cruda realidad de la que te ha tocado vivir. Volver a ver actos de gente que te hacen replantearte muchas cosas.

Hoy le he dicho a la parienta que si me ofrecieran irme a vivir al extranjero (England o EEUU, por que entiendo el idioma…) no me lo pensaría dos veces y firmaría al momento. Necesito cambiar de aires, salir de mi ciudad, de la rutina que me rodea y tirarme un año  o más fuera. Hacer nuevas amistades, conocer gente nueva y distanciarme de lo que me rodea. Hay un porcentaje, pequeño, de gente por la que me sabría realmente mal. Pero estoy seguro que esa poca gente, vendrían a vernos y a visitarnos allá dónde estuviéramos. Al igual que a los que le importamos una mierda, ni siquiera se molestarían en hacer una simple video-conferencia. Pero por eso nos vamos, para perder de vista a los que no nos interesan. Sé que es algo casi imposible, pero tampoco pierdo la esperanza.

Pues eso, que viva la rutina, vuelta a la normalidad y … vaya mierda!!!! (para qué engañarnos…)

Un saludo.